Otoño en el Orto Botanico di Bologna
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Al son de: Sonohra feat. Hevia, Si chiama libertà
No me esperaba gran cosa, la verdad.
Sabía que era pequeño, y que no se pagaba entrada. Mala señal para un jardín botánico —y más aún teniendo en cuenta los precios en la ciudad, donde un café no es barato ni siquiera en zona universitaria.
Para empeorar las cosas, Bologna en día de mercad(ill)o es un estrés absoluto, tanto para peatones alérgic*s a las aglomeraciones como para conductores (prohibido prohibidísimo entrar en coche en el casco histórico si no eres residente; y, si por un milagro consigues aparcar en los alrededores, la ORA se paga a 2,40€… cada hora). No llegábamos a las puertas del orto botanico tranquilos y relajados precisamente, así que disminuí mis expectativas a su mínima expresión.
Un jardín gratis estaba destinado a ser un churro…
… y resultó serlo.
Pero fue un encantador churro artesano con chocolate caliente: para chuparse los dedos. Seguir leyendo