Un paseo vegetófilo por los clústers [Tour comentado EXPO2015 (4)]

Cuarta entrega de nuestras Aventuras y desventuras en la EXPO2015 Milano, serializadas. Ya vamos terminando, tranquilos…

Útil para: curiosos que hubiesen querido ir a la EXPO pero no pudieron. C’est fini, mes ami(e)s. 22,2 millones de visitantes han pasado por allá, pero el tinglado ya ha cerrado.

Para la primera entrega (introducción), ver aquí); para la segunda (pabellones nacionales, primera parte), ver en este otro enlace, y para la tercera (pabellones nacionales, segunda parte), aquí los encontraréis.

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Será porque soy más de ideas temáticas, que de egos nacionales; o quizás porque varias propuestas me llamaban mucho la atención (te estoy mirando a ti, Café).

Sea como sea, muchos de los clústers estaban en mi lista de visitas imprescindibles en la EXPO.

¿En qué consiste un cluster en la EXPO2015?

La idea es la siguiente: agrupar un conjunto de países en cajas de zapatos grandes—digooo, pabellones pequeños— dispuestos en una misma área, dando unidad al grupo a través de algún “rasgo común”, relacionado con el tema de la EXPO. Seguir leyendo

Pabellones nacionales que sí hablaron claro… [Tour comentado de EXPO2015 (3)]

Tercera entrega de nuestras Aventuras y desventuras en la EXPO2015 Milano, serializadas. Es… un poco largo. Porque ¡hay tanto que decir!

Útil para: curiosos que hubiesen querido ir a la EXPO pero no pudieron. C’est fini, mes ami(e)s. 22,2 millones de visitantes han pasado por allá, pero el tinglado ya ha cerrado.

Para la primera entrega (introducción), ver aquí); para la segunda (pabellones nacionales, primera parte), ver en este otro enlace.

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Tras haber echado un vistazo a esos pabellones nacionales confusos, que no sabían exactamente qué mensaje transmitir, entremos en los que sabían qué querían decir

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… y empecemos por el más aberrante.

No pude parar de reírme y hacer fotos durante la visita entera. (Una risa de incredulidad total, es cierto. Y las fotos eran para que la gente me creyese al contarlo.)

Ay, Turkmenistan. No logro pensar en ti sin partirme de risa, por no llorar. Seguir leyendo

Pabellones nacionales: los que se liaron [Tour comentado de EXPO2015 (2)]

Segunda entrega de nuestras Aventuras y desventuras en la EXPO2015 Milano, serializadas. Es… un poco largo. Porque ¡hay tanto que decir!

Útil para: curiosos que querrían ir a la EXPO pero no pueden; curiosos que sí piensan ir pero querrían tener más información sobre la «chicha» que se expone, a ver si vale la pena. Quien quiera detalles logísticos, que me escriba y le cuento.

Para la primera entrega (introducción), ver aquí)

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El mapa de la EXPO2015 era una maravilla de archipiélagos-pabellón por explorar; algunos nombres eran más tentadores que otros, pero no teníamos una lista de naciones cuya visita fuese absolutamente irrenunciable. Por eso, el criterio fundamental que dictó las visitas fue, sencillamente, la cola.

¿Mucha cola? No entramos. ¿Poca o nula cola? Allá que vamos. Seguir leyendo

EXPO 2015: Un tour comentado (1: Introducción)

Primera entrega de nuestras Aventuras y desventuras en la EXPO2015 Milano, serializadas (¡porque me está quedando largo!).

Útil para: curiosos que querrían ir a la EXPO pero no pueden; curiosos que sí piensan ir pero querrían tener más información sobre la «chicha» que se expone, a ver si vale la pena. Quien quiera detalles logísticos, que me escriba y le cuento.

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Nos faltó un día. O quizás más, no lo sé.

Nos faltó un día, pero los dos que pasamos en la EXPO2015 de Milán fueron intensos, y muy interesantes (además de medio pasados por agua; pero eso es otra historia).

Empecemos por el tema: Feeding the planet, Energy for Life. Alimentar al planeta, Energía para la Vida. Seguir leyendo

La cuarta dimensión de la calabaza: un manifiesto

Conoce la(s) historia(s) de lo que comes

[~ 4 minutos de lectura]

Al son de: Blackmore’s Night, Home Again

No hace falta ser un lince para observarlo: la gastronomía está de moda.

Hasta hace poco, la cocina era el bastión femenino por excelencia, donde imaginábamos a nuestras madres preparando esos caldos mágicos capaces de curar corazones rotos, o de devolvernos un pedacito de infancia perdida en un plato de sopa de estrellitas. Parece que hacía falta convertir la cocina en un espacio unisex, y trasladarla a un plató televisivo, para darle ese toque de distinción, de clase. Ahora, ser chef es sexy —en algunos países, tanto (o incluso más) que ser bombero: la seducción, mejor con delantal que con manguera—.

Sin embargo, ‘estar de moda’ puede ser un arma de doble filo.

En primer lugar, porque la moda no escarba necesariamente más allá de la superficie de las cosas: puede conformarse tranquilamente con la gastronomía glamurosa que se encierra en la cocina e inventa recetas y procedimientos a cuál más inverosímil.

A la moda no le preocupa si planchamos el fenómeno gastronómico hasta reducirlo a una sola capa, un solo espacio: la cocina. Lo que pasa allende las fronteras de esta sala alquímica no le atañe. Los ingredientes sencillamente están ahí, sin necesidad de pensar demasiado en ellos, bien ordenaditos en un trozo de papel que llamamos receta, y en una despensa perpetuamente bien abastecida. Seguir leyendo

Hojeando libros: Biodiversi

(Mancuso & Petrini, Giunti 2015)

[~ 14 minutos de lectura]

Al son de: Giusi Ferreri, Il cielo è sempre più blu

Paseando por librerías en Italia, hay algo que llama inmediatamente la atención: el mundo editorial está volcado en el lema de la EXPO Milano 2015: Feeding the planet, Energy for Life. Alimentar al planeta, Energía para la Vida.

Gran eslogan; grandes desafíos.

Como setas en otoños húmedos, los libros sobre cómo alimentar al planeta de forma sostenible, cultura gastronómica, y similares van invadiendo los estantes, escalando posiciones hasta ocupar los puntos estratégicos que reclaman la atención de lectores despistados.

Pues bien. Entre esta agradable marea escrita, llamó poderosamente mi atención un libro cuya portada presumía de dos autores de lujo, y que despertaron de forma automática mi instinto compulsivo Comprar YA.

El primero es Stefano Mancuso, cuya labor despierta tanto mi interés como mi admiración, como ya he comentado en otras ocasiones. El segundo es Carlo Petrini, archiconocido fundador de la organización Slow Food —¡que pocas presentaciones necesita! Petrini es un tío que me cae bien, cuya forma de entender la cultura del buen comer, como un acto social, ecológico y político, comparto plenamente. Y agradezco que esté muy presente en los medios de comunicación italianos, animando un debate constante, insistente, y muy necesario alrededor de estos argumentos.

Cuando dos notables en sus respectivos campos de actividad se sientan a charlar sobre las cuestiones al borde de la intersección entre gusto y vegetales, nace un libro breve pero estimulante, con un título que es a la vez desafío, y propuesta: Biodiversi. Biodiversos.

¿Os lo cuento?

Vamos a ello…
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